III CERTAMEN LITERARIO DE RELATO CORTO
ANTONIO ROBINET
Relato finalista, escrito por LUCÍA SETIÉN DOMÍNGUEZ:
Relato finalista, escrito por LUCÍA SETIÉN DOMÍNGUEZ:
La invasión de…
Seudónimo: Diamons
Paula
era una adolescente de quince años. Ella estaba muy nerviosa porque iba a
celebrar su cumpleaños a la semana siguiente y le iban a regalar un reloj muy
moderno de los que tienen internet y son táctiles. Como invitó a mucha gente
casi todo el mundo hablaba de ello, bueno todos no, había una niña, Marta, que
no le interesaba, aunque estuviera invitada y fuera su amiga. A ella no le
gustaba la tecnología y prefería los libros.
Por
la tarde marta vio en las noticias algo que la sobresaltó, la chica de las
noticias dijo que una invasión de libros gigantes, de cinco metros, estaban
aterrorizando a las personas, pero no las hacían daño solo les rompían las
tabletas o lo móviles porque no le gustaba que los móviles reemplazaran a los libros. En ese momento Marta vio por la tele como un
libro gigante donde se veía escrito “El Quijote” se comió la cámara. En la tele
ya sólo se veía todo negro y la apagó. Estar en contacto era misión imposible
para la provincia donde se hallaban los libros “come tecnología”.
Marta
era una persona buena y pensó que celebrar la fiesta, con todos esos móviles en
ella, era mala idea porque los libros podían atacar. Cuando se lo dijo a Paula esta se rio, no se lo creía, porque no funcionaban las televisiones y no
podía comprobarlo. Más tarde se fue a casa. En casa de Marta se oyó un ruido,
era un libro que había ido hasta su casa; Marta estaba asustada, pero se quedó más
tranquila cuando el libro le dijo que no iba a hacerle nada porque era de las únicas
personas que todavía amaban los libros. Marta confusa le pidió al libro, por
favor, que no fuera a la fiesta y la estropease. Pero el libro negó con la
cabeza, estaba muy frustrado y no quería que los móviles se apoderaran de
la tierra y llegara a tal punto de que
nadie hablara con nadie, así que se fue. Marta salió a la calle a refrescarse las
ideas, observó que en todas las terrazas había alguien con una tableta, con un
móvil, con un “ebook”… Algo irrumpió los pensamientos de Marta, fue hasta un
vertedero donde se encontró algo que no esperaba, aquello era una… guarida de
libros gigantes. La muchacha se quedó quieta escuchando lo que decían. Todos
hablaban con una voz triste a la vez que enfadada, pensando cómo les había
podido reemplazar un “ebook”. Marta le
escuchó decir a uno que si la cosa de los móviles iba creciendo, acabarían por
destrozarlo todo a causa del enfado. La chica decidió que tenía que ayudarlos
para que no lo destrozaran todo porque ella tampoco quería eso, entonces entró
y todos se callaron de golpe. Marta con voz clara les dijo que no podían destrozarlo todo, porque no estaba bien, pero
que tampoco había que dejar que las personas dependieran del móvil, porque eso
tampoco está bien.
Entonces
tuvo uno idea, todos los de la fiesta dependían del móvil, y como eran sus
amigos, quería que no dependiesen de él. Y como no habían leído ni visto las
noticias, no sabían lo de los libros.
El
plan consistía en lo siguiente: Marta estaba invitada a la fiesta, ella desde
dentro les daría una señal a los libros para que entraran y robaran todos los móviles
y demás cosas electrónicas que hubiera. Luego los libros les explicarían lo
bonito que es leer y les convencerían de
que los libros son mucho mejores y de que debían pasar la bola a sus familias y
amigos.
Marta
se puso un vestido blanco y negro de tirantes y se recogió el pelo en un moño.
Estaba realmente guapa.
Llegó
a casa de Paula, la música se oía desde
fuera, estaba a tope; cuando entró por la puerta vio a todos sus amigos
mandándose mensajes entre ellos, no le pareció nada bien.
Marta
les dio a los libros la señal. De pronto se abrió el tejado y entraron unos cuantos
libros, no se dejaron ni un teléfono ni una tableta; las personas no entendían
nada de lo que estaba pasando.
Marta
y los libros se lo explicaron todo y no quedó ninguna duda. Las personas de la
sala se dieron cuenta de lo tontos que habían sido por dejarse llevar por un
teléfono y pidieron disculpas. Desde ese día se corrió la noticia y nadie de la
región usó o se dejó llevar por un móvil; todo el mundo tiró los “ebooks” y
empezaron a leer libros.
Los
libros y Marta no se iban a rendir y fueron por todo el país ¿Qué sería lo próximo? Tal vez el mundo
entero. Quien sabe…
Fin
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