VIAJE A GENVOLANDIA
Autora: Alia
Sai era un joven Genvol, tenía la piel roja como la lava, pues en su tierra (el centro de La Tierra hacía mucho calor y había mucha lava).
Un día, Sai les dijo a sus padres:
- Papá, Mamá, ¿puedo ir a explorar las rocas volcánicas?
- Sí, pero no te acerques al gran agujero que sube hacia arriba, contestó su madre.
- De acuerdo mamá.
Pero el chico se fue a explorarlo pensando que no le pasaría nada.
Sai se dirigió al agujero y, de repente, el suelo comenzó a temblar:
- ¡Prrrr,prrrr...!
- ¡Oh, oh!
Sabiendo que ya no podía hacer nada, se sentó en una roca y salió disparado hacia arriba, hasta aterrizar en una isla.
Cuando recobró el conocimiento, pues el golpe había sido muy duro, se dió cuenta de que hacía mucho frío y que los habitantes de la isla lo miraban extrañados.
- ¿Qué es esto?
- Pues un extraterrestre, comentaban.
- No, yo creo que es un loco pintado de rojo que se tira desde los volcanes.
- ¡Parad ya! No soy nada de lo que decís, y les explicó su historia.
- ¡No te creemos, muéstranoslo!
- Vale, pero me tenéis que dar remedios para el frío.
- ¡Pero si estamos a treinta grados!
- Pues en mi pueblo siempre hay más de ochenta.
- ¡Tengo una idea! -chilló el alcalde-, haremos una hoguera y lo meteremos dentro.
Así lo hicieron y pronto Sai se sintió como en casa.
- Bien, ahora ¿cómo iremos al volcán?
- Pues en barco.
- Está bien.
Después de grandes tormentas, naufragios y peleas contra tiburones, llegaron a su destino.
- Ahora tenemos que escalar el volcán.
- No hace falta, dijo Sai, cuando mis padres salen a buscar comida lo hacen por un orificio al pie del volcán, podemos pasar por él.
Encontraron a los Genvol durmiendo la siesta y los habitantesde la isla se marcharon satisfechos de haber encontrado aquel pueblo.
Esta historia se ha terminado, y, recordad, no os acerquéis a agujeros que vayan hacia arriba, puede haber problemas.