ÁGUILA IMPERIAL IBÉRICA

Sólo algunos privilegiados han podido ver a una pareja de águilas imperiales en su nido. 
Nosotros tuvimos la suerte de "espiar" todo el proceso de reproducción durante dos cursos en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real), gracias a la webcam que mantiene allí la organización Seo/BirdLife. 
Hemos visto nacer, crecer, aprender a comer, pelearse, hacer ejercicio y  volar, a 4 imperialísimos pollos. 

Los dos últimos años, sus majestades, las carprichosas águilas, no quisieron ocupar el nido donde estaba la cámara, pero ahora sí lo están preparando, traen ramas todos los días. Esperamos que pronto pongan  sus huevos y nos permitan disfrutar de todo el espectáculo hasta el verano.

La dirección para ver el nido en directo es la siguiente:

        http://www.seo.org/webcam-aguila-imperial-ave/
     

CURSO 2013-2014

TARDE, PERO LLEGAMOS

Respondiendo a Lucía B (seguidora incansable, aunque no tenga nada nuevo que leer en el blog):
Sí que lo hemos tenido algo abandonado, pero es que estamos liados con otras cosas. Ya , esto no es excusa, así que retomamos el 5ºCanal, sobre todo para contar las  bonitas historias que escriben los alumnos/as de 5º y 6º.

Comenzamos con un texto escrito por LUNA,  de 5º.


Título:       MI JARDÍN ESTRELLADO

Las noches en el pueblo, aparte de dar paseos, las aprovechamos para ver las estrellas y los aviones que pasan por el cielo, en compañía de nuestro perro Rocky, que se sienta a nuestro lado.

Con la "Tablet" de mí tío Santiago podemos ver como se llaman las estrellas, porque se ha descargado una aplicación.

Nos ponemos en una zona del jardín que es más oscura que el resto. Bajamos hamacas, mantas, agua, cojines y comenzamos a mirarlas. Nos quedamos quietos y en silencio, excepto mi hermana Daniela, que no calla, disfrutando de las mágicas noches de verano.

Una noche, mientras estábamos tumbados en silencio, alguien dijo:

      - ¡Mira, una estrella que se mueve!

Todos pensamos que era una estrella fugaz, pero no, era un avión.

En la noche, ya que hay mucho silencio, oímos muchos sonidos: los ladridos de los perros, los pájaros en sus nidos, gente paseando...

Y como al día siguiente  no hay que madrugar, nos quedamos hasta altas horas de la madrugada.

Y esto es lo que hago en mis noches de verano.